Dietas de adelgazamiento. Dietas hipocalóricas
La mejor manera de perder y controlar el peso es combinar la dieta y el ejercicio físico. Se perderá más
grasa, se mantendrá la masa muscular y se evitará volver a ganar peso cuando se vuelva a la dieta habitual.
Pautas generales para perder peso
Para conseguir una reducción definitiva del peso se proponen 3 tipos de pautas (destinadas a personas
adultas):
1. Consumir una dieta hipocalórica, pues la dieta es un componente esencial en la prevención y en el
tratamiento de la obesidad y del sobrepeso.
2. Mantenerse activos. La actividad física, cualquiera que sea su intensidad, facilita el gasto de
energía y, por tanto, ayuda a la dieta en la reducción de peso. Además contribuye a mantener la
masa muscular (y la tasa metabólica basal) que siempre se pierde, en mayor o menor medida,
cuando se realizan regímenes hipocalóricos.
3. Modificar definitivamente los hábitos alimentarios y de actividad física para garantizar el
mantenimiento del peso conseguido. Para que al dejar de consumir la dieta hipocalórica el
consumo habitual no se traduzca de nuevo en un incremento de peso. Puede ser relativamente
fácil perder peso, lo difícil es mantenerse.
Cualquier intento de reducir peso requiere un esfuerzo y, por tanto, interés, voluntad y motivación.
Hay que evitar las dietas estandarizadas. Es importante que las dietas estén individualizadas teniendo en
cuenta el estado de salud, el peso que se desea conseguir, los hábitos alimentarios y el estilo de vida de la
persona a la que van destinadas. Los objetivos tienen que ser reales y fáciles de alcanzar, en consonancia
con las posibilidades de cada persona. Inicialmente deberán ser poco ambiciosos para que actúen como un
refuerzo positivo. Todo ello garantizará el éxito del tratamiento. Recuerde que es fundamental un buen
asesoramiento dietético o en su defecto conocer muy bien el valor nutritivo de los alimentos y las
necesidades nutricionales.
Importancia de la actividad física
La actividad física, cualquiera que sea su intensidad, facilita el gasto de energía y, por tanto, ayuda a la dieta
en la reducción de peso. Además contribuye a mantener la masa muscular (y la tasa metabólica basal) que
siempre se pierde, en mayor o menor medida, cuando se realizan regímenes hipocalóricos.
Igualmente mejora la salud en general. Se recomienda realizar entre 30 y 60 minutos diarios de algún tipo
de actividad física aeróbica (de intensidad moderada que ayuda a quemar más grasa). Hay que buscar
actividades físicas que resulten agradables y que se puedan hacer a diario, evitando aquellas que supongan
una carga que en pocos días será difícil de cumplir. Una muy recomendable es el paseo a buen paso
(búsquese compañía y marque cada día un objetivo al que llegar). Suba las escaleras a pie en lugar de usar
el ascensor. Son sólo algunos ejemplos.
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